Después de un largo día en las calles de la ciudad eterna, pasado visitando las salas de los Museos Vaticanos y la majestuosa Basílica de San Pedro, será imposible escapar a la atracción de la terraza panorámica de la Residenza Paolo VI. Aquí tendrá la oportunidad de relajarse y recrearse, tomando un té, un café o una copa, bajo el resplandor de la cúpula de Miguel Ángel enmarcada por la magistral columnata de Bernini.